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romper el silencio
del acoso escolar

Con motivo del Día Internacional contra el Acoso Escolar 2025, queremos comunicar desde Save The Children la importancia del bienestar de la infancia.

El bullying o acoso escolar es una forma de violencia entre iguales, intencionada y recurrente, que puede ser física, psicológica y/o verbal.

Esta violencia tiene un impacto grave en el bienestar y desarrollo de niñas, niños y adolescentes: más allá de los riesgos físicos a veces padecidos por los niños y niñas, sabemos que las consecuencias psicológicas pueden ser graves: depresión, abandono escolar, absentismo por miedo a acudir a la escuela; y, lo que es peor, pueden llegar hasta el suicidio.

Según los datos de la OCDE del último informe PISA (2024):

  • En España, el 6,5 % del alumnado sufre acoso con frecuencia.
  • El 15,8 % es víctima de acoso al menos varias veces al mes. El porcentaje sube al 21 % en alumnado de origen migrante.
  • El 10% se ha quedado alguna vez en casa para evitar sentirse inseguro en la escuela.
  • Las víctimas de acoso presentan mayores niveles de infelicidad, miedo y malestar emocional.
  • En comparación con quienes no sufren acoso, las víctimas reportan más casos de exclusión, ridiculización, amenazas, agresiones físicas, daño a pertenencias y rumores negativos.

Relación con ciberacoso: hoy en día, la relación de la infancia y la adolescencia con lo digital ha hecho que el acoso escolar y el ciberacoso estén cada vez más interconectados: una agresión que comienza en el entorno escolar puede extenderse y amplificarse en redes sociales y otras plataformas digitales, prolongando el daño, dificultando su detección y aumentando el impacto sobre la víctima.

Datos ciberacoso: en nuestro informe Derechos sin conexión, basado en una encuesta a 3.315 niños, niñas y adolescentes, un 11,2 % afirmó haber recibido mensajes de odio o discriminación a través de internet, y un 10,6 % dijo haber recibido insultos o amenazas. Estos datos nos indican que aproximadamente 1 de cada 5 chicos y chicas ha vivido o presenciado situaciones de violencia online que podrían considerarse formas de ciberacoso. 


Marina es una de las muchas niñas que han sufrido acoso escolar en la Comunidad de Madrid. Ella nos cuenta cómo sus compañeros y compañeras de clase solían insultarla y destrozarle el material escolar. Marina recuerda con tristeza como nadie la ayudó ni denunció la situación, ni siquiera aquellas a quienes consideraba sus amigas.

Empezaron a preguntar a la gente en clase para ver quién había sido. Como nadie decía nada nos amenazaron con castigar a toda la clase y empezaron a sacar a gente para hablar uno por uno con ellos, hasta que al final expulsaron a una chica. Entonces fue cuando noté que algo cambiaba y toda la clase me hizo el vacío, incluso mis amigas.

Ningún alumno comunicó a los responsables del centro lo que estaba ocurriendo con su compañera. No lo hicieron, probablemente, porque no existía un modo sencillo y confidencial de hacerlo. Porque, seguramente, temían que al hacerlo pudiesen ser marginados o acosados ellos mismos (“ley del silencio”). O, quizás, porque no identificaron que aquello que le hacía sentir tan mal a Marina, no estaba bien.

¿Qué pedimos en Save the Children?

Es importante tomar en serio esta violencia y llevar a cabo las actuaciones necesarias para prevenirla y combatirla:

  • Prevenir desde la educación: promover la educación en valores, respeto a la diversidad, regulación emocional y resolución de conflictos. Incluir formación en ciudadanía digital y uso seguro y responsable de medios digitales para prevenir formas de ciberacoso.
  • Detectar y actuar a tiempo: es vital implementar políticas de salvaguarda, protocolos de actuación claros, eficaces y conocidos por toda la comunidad escolar. En este sentido, también es necesario asegurar la formación obligatoria y especializada sobre violencia y protección de la infancia, de los profesionales del ámbito educativo. Estos aspectos son clave para detectar los casos y activar la respuesta lo más pronto posible, lo que supone la diferencia entre recibir ayuda o que la violencia se prolongue o permanezca oculta.
  • Asegurar la implementación efectiva de la figura de coordinación de bienestar prevista por la LOPIVI. Es fundamental que la figura disponga de la formación, tiempo de dedicación, apoyo de la dirección del centro y de la administración.
  • Garantizar entornos seguros y canales eficaces de denuncia: muchos casos no se denuncian por miedo, vergüenza o culpa, lo que perpetúa el sufrimiento de los niños y niñas. Por eso, es imprescindible sistemas de ayuda accesibles y efectivos, que animen a niñas, niños y adolescentes a pedir apoyo. Además, es clave tener en cuenta a los niños y niños que son testigos de estas situaciones para que actúen y no permanezcan en silencio.
  • Atender a las víctimas: ofrecer apoyo integral, rápido y adecuado que permita su recuperación y les garantice su derecho a una educación segura.
  • Reeducar a los agresores: actuar desde un enfoque de derechos de infancia, con medidas educativas y terapéuticas que eviten la repetición de la violencia y trabajen también con sus familias.

Al tratarse de un tipo de violencia que se da entre iguales, tanto víctima como agresor son menores de edad, por lo que las medidas tanto de prevención como de intervención que se ponen en marcha cuando se detecta un caso, deben estar alineadas con los derechos de la infancia y la adolescencia, protegidos por la Convención de los Derechos del Niño y la LOPIVI, y han de estar guiadas por el Interés Superior del niño o niña, con el fin de apoyar de una forma integral a la víctima y poniendo en marcha mecanismos encaminados a reeducar al agresor.

Desde Save The Children proponemos que frente a los retos planteados por el acoso y el ciberacoso se responda con políticas y estrategias de prevención y actuación que aborden esta realidad de una forma eficaz, adecuada y unificada en el territorio, con el necesario enfoque de derechos de infancia. 


Acabemos con la
Violencia contra la infancia

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